domingo, 24 de febrero de 2013

XXIX Maratón de Sevilla

La siguiente crónica ha sido escrita por mi gran amiga "Chusa". Yo no quería publicarla ya que me pone demasiado bien, pero ella me ha insistido así que la he tenido que colgar.



Nos fundimos en un abrazo, sellando el final con un beso sincero de amistad a sabiendas que dejábamos atrás un reto más cumplido. Ya los kilómetros parecían no pesar en nuestras piernas, las calles bulliciosas de Sevilla con su gente vitoreando se desvanecían en su nuestra mente mientras nuestros ojos buscaban en las gradas a los seres queridos para compartir la victoria. Lo único importante era que los dos lo habíamos conseguido juntos, traspasar la línea de llegada sabiendo que quedan muchas de partida.

Durante la carrera disfrutamos con cada zancada, saboreando en todo momento cada kilómetro recorrido, feliz de tener la suerte de hacerla  acompañada del “Grandísimo Chapi”. Es increíble el ejemplo que da¡¡¡¡¡ marcando su personalidad en cada paso. Imposible que pase desapercibido por que tiene el don de contagiar su alegría desbordante haciendo amigos durante todo el trayecto.

Una vez más demostró su bondad  y generosidad extrema, marcada por su gran humildad ya que no dejó de cuidarme antes, durante y después de la carrera. Ese es mi amigo Chapi gente excepcional que puedes cruzarte en una prueba exigente o corriendo campo a través por una montaña.

Realmente a su lado la maratón se transformó en un paseo genial por Sevilla donde no paramos de reír, charlando  con la gente que corría a nuestro lado. Parecíamos un par de turistas perdidos entre los 7.150 participantes sin parar de hacernos fotos aprovechando cada monumento o kilómetro que creíamos oportuno.

Supongo que es otra forma de ver la competición puesto que esto tampoco es la típica crónica deportiva en la que prima el tiempo invertido en cada kilómetro o la clasificación final… quizás es la forma que Chapi me enseño a disfrutar del deporte.

Esa mañana amaneció un cielo despejado, con frió pero con nada de viento presagiando el magnífico un día de sol que hizo para dar una salida impresionante.  De repente todo el miedo de días anteriores se esfumó, igual que los nervios que en cuanto comenzamos a rodar desaparecieron.

Realmente fue un privilegio correrla a tu lado pero más es un privilegio ser tu amiga.

Gracias por ser una gran persona y mejor amigo.



Por cierto Chusa, te recuerdo que me debes un IROMAN.



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