viernes, 17 de julio de 2015

Torla - Refugio de Bujaruelo

Segundo día en Torla, hoy toca visitar el refugio de San Nicolas de Bujaruelo. La ruta parte desde el mismo pueblo.


Nada más salir, giramos hacia la derecha y nos dirigimos hacía el Camping Ara.


De nuevo el día se presenta soleado.


El sendero es fácil de seguir. En cada cruce hay una señal indicando el camino a seguir.


Al echar la mirada atrás, se divisa la villa de Torla.


Pronto entramos en una senda estrecha y sombría.


Se agradece la sombra para combatir el calor sofocante.



La senda dicsurre paralela al rio Ara.



Nada más llegar a la carretera cruzamos el puente que nos lleva a Bujaruelo por el Collado del Cebollar.


La palabra Collado ya se sabe lo que implica, subir.

En la lejanía se puede divisar el pueblo de Torla.


Nos apretamos los cordones y a seguir subiendo.



Abajo se ve la carretera que lleva al parque de Ordesa.



Durante este tramo, dejaremos el rio Ara a nuestra izquierda.

El porte del árbol es impresionante.


Cada dos por tres, de las paredes brotan pequeñas cascadas de agua.


De nuevo cruzamos el rio, ahora lo dejaremos a nuestra izquierda. Esta parte para mí, es la más bonita.




Después de un rato caminado, nos topamos con el desvío al camping Valle de Bujaruelo.


Para acceder al mismo se debe de cruzar el Puente de los Abetos.



Seguimos nuestro camino. Este no tiene perdida. Siempre pegado al rio.


Otra vez la naturaleza nos deja sin palabras.






Después de poco más de cuatro horas ya divisamos a fondo San Nicolas de Bujaruelo.



Ya en el regufio nos pedimos un buen plato de alubías y un par de jarras de cervezas.




Después de tan copiosa comida nos entró la duda ¿Volvemos andando o haciendo dedo? Trás una corta deliberación nos decantamos por lo segundo y nos dirgimos al aparcamiento a buscar algún alma caritiativa que fuese a Torla. En nada de tiempo, una familia Holandesa se ofrecio a llevarnos a Torla. Así que este sendero lo terminamos en coche en vez de a pie.



jueves, 16 de julio de 2015

Senda de los Cazadores - Faja Pelay - Cola de Caballo - Faja de Canadello

Por fín vamos a conocer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y evidentemente, al ser la primera vez, había que visitar la Cola de Caballo.
 
En la entrada del pueblo de Torla, está la parada de los autobuses que te llevan a Ordesa. Nos habían dicho que el camino hasta Ordesa no merecía la pena. Cosa que no es cierta, ya que cogimos parte del mismo al día siguiente y fué realmente bonito.
 

Torla, con Ordesa al fondo. El día se presenta esplendido.


Cada quince minutos sale el autobusa hacia arriba. Apenas hay que esperar.


Oleeeee, ya estamos en la oficina del Parque.


Aquí empieza la famosa senda de los cazadores. Por delane tenemos una subida de unos seis kilómetros y unos 600 metros de desnivel positivo.

 

Los primeros metros son llanos.


Pero pronto se empieza a subir.
 

Entre las ramas de los arboles se puede ver un pasiaje espectacular.




Las subida es interminable.


Cualquier momento es bueno para tomar una foto, y de paso descansar un poquito.

 

De las vistas, mejor no hablar.



Y seguimos subiendo.


Yolanda saludando antes de terminar la subida.


Y como ella siempre dice, al final todo se sube.


Ahora toca la Faja de Pelay.


Al salir del bosque, las vistas durante todo el camino fuerón impresionantes.














Ya se ve al final del valle la cola de caballo.



Con cada paso que vamos dando, la Cola de Caballo está más cerca.


Ya casí hemos llegado.
 

Y por fin, ya estamos en la base de la cascada.
 



Nada más llegar metimos los pies en el agua para refrescarnos. El líquido elemento estaba bastante fria. Después de refrescar los pinreles tocaba bocadillo de chorizo.
 

Trás la parada, tocaba volver por la parte baja del valle.




Se tuvo que cruzar más de un arroyo que venía de las cumbres.

 
Antés de entrar en el bosque de Haya nos paramos a disfrutar de las gradas de Soaso.
 
 
El transito por el bosque de Hayas era una delicia. Suelo firme pero suave, en ligera cuesta abajo y todo el tiempo bajo las sombras de los arboles.
 


Trás un rato, cogemos el desvío que nos lleva a la Faja de Canadello, lo que significa que toca de nuevo subir.

 

La senda por esta faja es bastante buena. Algunas veces es estrecha pero en ningún momento hay que tomar algun paso aereo o expuesto.
 


Al fondo se ve la cascada de Totuero.






Nada más cruzar la cascada no encotramos con el desvío hacia la Faja de Racón o a la pradera. El tiempo estaba empeorando y ya se escuchaban algunos truenos lejanos. Debido a estos factores decidimos tirar directamente hacía la pradera.


La bajada de unos tres kilómetros la hicimos corriendo. No nos apetecía mojarnos.


Después de un bonito día de senderismo por el Parque Natural de Ordesa conseguimos llegar sano , salvos y secos al final del sendero; y se obtuvo la merecida cerveza para refrescarnos el gaznate y un beso de premio.