sábado, 27 de abril de 2013

Senda de los prisioneros - Bosque de Helechos - Río de la Miel

Empezar diciendo que parte de esta ruta discurre por el parque de los Alcornocales, a pesar de que algunas fotos nos recuerden paisajes de otros países. En la misma, conoceremos los bosques de canutos en los que los arboles se abrazan entre ellos formando un túnel por el que pasar, inmensas zonas de exuberantes helechos donde el verde de los mismos nos embriagaran, increíbles vistas del estrecho y terminaremos en el fondo del valle del Río de La Miel escuchando bajar el agua del arroyo que da nombre al valle.

Tras aparcar el coche en la barriada del cobre en Algecira nos dirigimos al comienzo del sendero que empieza justo en el cartel del Parque de los Alcornocales. 


Los primeros metros del camino transcurren por una pista forestal sin ninguna dificultad técnica. Desde el principio el camino es cuesta arriba siendo en los primeros metros esta pendiente inapreciable. Después de poco más de un kilómetro y medio el camino se bifurca en dos ramas. Una, a la derecha que nos conduce directamente al Río de La miel, la otra, es la que cogeremos para dirigirnos a las corzas por la senda de los prisioneros.


El sendero de los prisioneros fue mandado construir por el gobierno de Franco unos meses después de terminada la guerra civil para reforzar un potente sistema defensivo en el Campo de Gibraltar.  La mayoría de las obras se realizaron entre los años 1940 y 1943.  

Una vez tomado este sendero, el terreno empieza a picar hacia arriba y lo que era una pista forestal  se convierte en un camino de piedras creado por los prisioneros del bando vencido.


Tras una rato subiendo, echamos la mirada atrás y podemos ver el imponente Peñón de Gibraltar.


Por el camino nos encontramos algunos carteles donde se nos indica el origen de este sendero. En la fotografía siguiente se puede observar el camino que hemos recorrido el cual se pierde en el horizonte. Este sendero es una continua subida de más de cuatro kilómetros.




En el kilómetro seis tenemos unas indescriptibles vistas del puerto de Algeciras y podemos ver como la sudadera nos señala al Peñón.



 Después de unos metros, bordeamos la montaña y aparece ante nosotros el Valle del arroyo de la Miel.


A partir de este punto se acaba el sendero de los prisioneros y el camino se hace más estrecho.


Pronto abandonamos la pista al descubierto y nos adentramos en el bosque.


Tras unos metros observamos el gran porte de los helechos los cuales nos rodean por todas partes.



El único espacio libre de helechos es el estrecho sendero que va serpenteando por el bosque de laurisilva. Este es un tipo de bosque nuboso subtropical o selva alta, propio de lugares húmedos, cálidos y con leves heladas o sin ellas, con grandes árboles y lianas cuyas hojas se parecen a las del laurel, de lo cual toma el nombre. La laurisilva se da en regiones de clima templado húmedo y cálido. Estas características en el Parque de los Alcornocales son debidas a los dos famosos vientos de la zona, el levante y el poniente, que se encargan de situar siempre las nubes en una u otra ladera de la montaña.







Poco a poco abandonamos el bosque de helechos y nos vamos adentrando en el bosque de canutos donde nos cruzamos con bastantes riachuelos que vienen cargados de agua después de un lluvioso mes de marzo.





Empezamos una empinada bajada al fondo del valle para encontrarnos con el Rio de la Miel. En las fotos podemos observar como las ramas de los arboles se retuercen para formar un pasillo marcándonos el camino a seguir.


Al fondo podemos observar las lianas típicas de esta clase de bosques, asi como las enredaderas tapizan por completo los arboles.




Sin darnos cuenta alcanzamos el fondo del valle donde podemos visitar los restos del antiguo molino del Aguila junto al cauce del rio.


La última foto se la dedicamos al famoso rio que da nombre al valle.



 


sábado, 6 de abril de 2013

IX Homenaje a la Legión


Esta carrera empezó a gestarse el pasado otoño. Durante el mismo, mi esposa y yo realizamos varias  salidas al campo para conocer las montañas de nuestra tierra.  


Cada jueves, nos sentábamos enfrente del ordenador en la búsqueda de nuevas rutas. Muchas de ellas fueron sacadas de la página El blog de Manuel. En este es posible encontrar innumerables senderos los cuales esta perfectamente explicados e ilustrados con increíbles fotos. En esta página se pueden encontrar todo tipo de senderos, fáciles, difíciles, familiares, etc.

Algunas veces, quedamos con nuestros amigos Los Ultimos Susmurais. El pasado invierno realizamos dos rutas con ellos II Quedada Ruta de la Chacina y Quedada Queso Payoyo. 


Con cada ruta, Yolanda cada vez disfrutaba más de los paseos por el campo. Así que un día me dijo ¿Porque no participamos en la prueba del Homenaje a la Legión? No acababa de creérmelo. Antes  de que se echara atrás, ya había realizado la inscripción. Estaba entusiasmado, iba a participar en una prueba junto a mi mujer.

La noche antes de la carrera "Los Ultimos Susmurais" tuvimos un cena. Para algunos era la primera que iban a una comida. Al final de la misma, los buenos se fueron a relajarse a los brazos de Morfeo, mientras que otros fueron a perderse en la noche Rondeña.

Una hora antes de la carrera se tomaron las fotos reglamentarias. 




En la siguiente imagen  se puede observar la sonrisa en la cara de Yolanda. ¿Tendría la misma expresión al acabar la prueba?


Los primeros metros fueron por las calles de Ronda, todavía el ambiente era festivo.


Más pronto de lo esperado, tuvimos que enfrentarnos a la primera cuesta. Por ahora todo eran buenas noticias, hacia una mañana esplendida, nuestros cuerpos eran calentados por los rayos de sol y todavía no había barro en el camino.




Nuestra felicidad no duro mucho tiempo. De repente observamos como la gente se detenía en mitad del camino lo que nos indicaba que el barro tan temido ya había llegado.



Al final de cuesta hubo que realizar una parada para embriagarnos del paisaje que teníamos ante nuestros ojos. Al fondo era posible vislumbrar la aldea de Benaojan situada en las faldas de la montaña.


Después de esta breve parada, retomamos la marcha.



Tras el pueblo de Benaojan tuvimos que realizar una fuerte subida. El esfuerzo fue recompensado por las vistas de la campiña al otro lado de la ladera.



Sin darnos cuenta, alcanzamos el cuartel de La Legión en Montejaque.



Tras salir del mismo, ya podíamos ver nuestro objetivo, Ronda. Solo nos quedaba por delante la subida a la famosa y temida "Cuesta del Cachondeo".


En mitad de la misma, abandonamos el camino tradicional para coger una pequeña vereda que nos llevaría directamente al mirador del "Tajo de Ronda". Subiendo la misma vimos como varios participantes se tuvieron que sentar en los lados para descansar y tomar aliento, para ya sí, realizar el último esfuerzo.  


Los últimos metros se hicieron eternos.


Pero finalmente el objetivo fue alcanzado, y lo mejor de todo es que Yolanda llego a la meta con la misma sonrisa que tenía en la salida, casi siete horas antes.


Y por supuesto, nuestras medallas fueron mordidas.