miércoles, 27 de marzo de 2013

Sierra de Filabres, Almería

Después de mirar los partes de tiempo durante días, decidimos que si no queríamos lluvia en Semana Santa deberíamos tirar para la parte oriental de Andalucía. Así que nos pusimos manos a la obra para encontrar bonitos senderos en la provincia Almeriense.

Tras unas cuantas horas enfrente del ordenador, la Sierra de Filabres, era el sitio que más se repetía en nuestras búsquedas. En wikilocs encontramos muchas rutas realizadas por el usuario kayman, por lo que le consultamos para que nos recomendase un par de rutitas a realizar en dicha sierra.

Ya teníamos donde andar, ahora tocaba elegir el sitio donde dormir. Este nuevo objetivo nos llevo toda una tarde. Al final nos decantamos por La posada del Candil. Después de varios días hospedados, podemos decir que ha sido unos de los mejores lugares en los que hemos dormido. La posada se encuentra en medio de un pequeño bosque, en lo alto de una colina. Las vistas son impresionantes. El complejo de pequeños apartamentos junto a las partes comunes de la posada son de ensueño. Pero si la casa por si misma es impresionante, ni que decir de los dueños de la misma. Super amables, siempre con una sonrisa en la cara y dispuestos a ayudarte en lo necesario para que la estancia sea lo más placentera posible.


Después de cinco horas de coche, llegamos el miércoles por la tarde a la posada. Nuestra primera impresión sobre la misma fue bastante buena, después de varios días de estancia comprobamos que habíamos acertado  plenamente con el alojamiento. Tras una buena cena, nos fuimos a dormir pronto ya que teníamos dos días de senderismo por delante. El primer día decidimos hacer primero la ruta más dificil, El Layón y Pozo de las Nieves, por la mañana, y por la tarde el bonito y corto sendero de La Encina de la Peana. Dejando para el segundo día la ruta con menor desnivel, Aldeas abandonadas (Los Carrascos y Las Morcillas)

El Layón y Pozo de las Nieves.

Mirando el perfil de la misma, sabíamos que teníamos una fuerte subida al principio, pero que después el resto era bajando. 


Dejamos el coche en el campamento de la Rosariera junto a la señal de Layón. Preparamos mochila, comida, encendemos GPS y tras un pequeño repaso de todo el material, emprendemos la marcha.  


Al fondo de la imagen superior se puede observar el desvío en el que empieza el camino. Los primeros metros no parecen difíciles hasta que salimos del bosque y vemos a nuestra izquierda el cortafuego que tenemos que afrontar.


El cortafuego de apenas 500 metros, pero donde salvamos unos 150 metros de altura se hace bastante duro.


Después del cortafuego, tenemos un pequeño llano donde reponemos energía, señalamos a la cima y retomamos el camino.


Tras el falso llano de nuevo la pendiente vuelve a ser pronunciada lo que nos provoca que cada dos por tres tengamos que parar para tomar aire.


De repente en el horizonte pudimos ver a los habitantes de este pico corriendo montaña abajo


Poco a poco nos vamos acercando a la cima. Finalmente, después de una hora y quince minutos y poco más de dos kilómetros colocamos nuestra piedrecita en la cumbre.


Las vistas son espectaculares.



Tomamos un pequeño refrigerio y emprendemos rápidamente el camino de vuelta ya que el viento pega con fuerza y la sensación térmica ha bajado unos graditos. Echamos un rápido vistazo al GPS, se comprueba el camino a seguir y empezamos a bajar.


En los primeros kilómetros, la pista estaba totalmente sin protección por lo que el viento molestaba bastante. Poco a poco nos fuimos metiendo en un hermoso bosque de pinos.


Llegando al Pozo de las Nierves, el camino se convierte en un alfombra verde.


De vez en cuando, vemos en el horizonte el Pico del Layón.


A partir del Pozo de las Nieves el camino desaparece. Esto hace que tengamos que improvisar y nos metamos entre los pinos intentando encontrar la senda.


Después de casi cuatro horas hemos vuelto al punto de salida. Llevandonos con nosotros muy buenos recuerdos y los malos, la subidita al Layón, la dejamos en el camino.


La Encina de la Peana.


Este pequeño y fácil  sendero nos lleva a visitar la encina de La Peana que tiene una circunferencia de 16 metros de base y más de 25 metros de altura, se dice que es la encina más grande de Andalucía. El sendero parte de Loma, una diminuta pedanía. 


En este sendero el refrán "Mas vale una imagen que mil palabras" se cumple a la perfección.


 
 








Aldeas abandonadas (Los Carrascos y Las Morcillas).

En este nuevo sendero conocimos las aldeas abandonadas de Los Carrascos y Las Morcillas.

Estas fueron creadas en los años sesenta con el esplendor de la minería Almeriense. En cada enclave donde se abría una mina, al momento se construía una aldea.

Los materiales para construir las casa fueron obtenidos del entorno, paredes y techos de pizarra, para las vigas se talaron los pinos, en la construcción de los tabiques, se utilizaba una especie de enrejado con cañas y este era recubierto con argamasa.

Una vez que la minería dejo de ser rentable, las aldeas fueron abandonadas.

Dejamos el coche en la Fuente del Conde. Hoy el día estaba más frío que ayer, por lo que nos abrigamos bien ya que el viento pegaba fuerte.


Los dos primeros kilómetros son por una pista forestal en bastante buen estado. Tras un rato andando, se podía divisar la aldea Los Carrascos.

Esta aldea se encuentra en lo alto del barranco por lo que se puede visitar con los pequeños o con amigos que sean un poco perezosos.


Es bastante curioso el pasear por las calles de esta aldea fantasma. Mientras andas por ella te puedes imaginar como fue la vida en la aldea.




Todavía se podían ver las mesas dentro de las casas, la chimenea y lo que suponemos donde iba el fregadero.



Después de un rato, reemprendemos la marcha, abandonando la aldea de Los Carrascos y nos dirigimos barranco abajo en busca de la aldea de Las Morcillas.

El camino al fondo del barranco no está muy bien definido por lo que tuvimos que ir continuamente buscando los mejores pasos con precaución ya que una mala decisión implicaba tener que enfrentarte a las zarzas de la Sierra de Filabres.


Después de una rato llegamos al fondo del barranco donde cogemos una bonita y fácil senda paralela al río.


Pronto, al otro lado del río ya se puede ver la siguiente aldea a visitar en lo alto del barranco. Mientras la anterior la vimos desde arriba, ahora las vistas son desde abajo, lo que le da un mayor aire de abandono.


Cruzamos de nuevo el río y enfilamos la subida.




Tras las pertinentes fotos, volvemos al fondo del barranco y de nuevo cruzamos el río.



El camino de vuelta los hacemos subiendo por la pista forestal y sin pasar por la primera aldea.

Este es un sendero que recomiendo sin ninguna duda a todo el mundo, ya que es muy curioso visitar estas aldeas abandonadas. Sin ninguna duda, cuando vuelva a la Sierra de Filabres, este sendero lo volveré a realizar.

Sobre las tres de la tarde regresamos la Posada del Candil donde nos estaba esperando un suculento plato de arroz típico de la zona, arroz empedrado. En las siguientes fotos se puede observar el antes y el después.





viernes, 8 de marzo de 2013

II Ultra Sierras del Bandolero

Esta vez, no sigas mis pasos.

Después de unos días escribo esta mini crónica debido a mi pronto abandono en Villaluenga. Las circunstancias meteorológicas tan adversas me hicieron desistir del empeño de quitarme la espina clavada de no haber terminado la edición anterior. El año pasado me quede en el Km. 92, en Cortes de la Frontera. Este año el objetivo era como mínimo llegar más allá de Cortes.

Esta edición afrontaba la prueba con un mayor número de kilómetros en las piernas y con la lección aprendida de los errores que cometí. Así que física y mentalmente me encontraba mejor preparado para afrontar este nuevo reto.

El día antes de la prueba Internet era un hervidero de noticias. Continuamente en el facebook se nos decía que la organización estaba reunida y que iban a realizar cambios en el recorrido. La gran mayoría de los participantes estábamos continuamente presionado la tecla F5 para refrescar nuestro navegador. Finalmente, se indica que se quita el tramo Montejaque-Ronda-Benaojan-Cortes debido a que el río se había desbordado y que era impracticable el camino, del resto de tramos de la prueba se nos indica que tengamos mucha precaución ya que habrá mucho barro, agua, riachuelos, etc.., pero que la prueba continua.. Este mensaje de la organización me tranquilizo bastante por lo que esa noche me acosté temprano para el día siguiente afrontar la prueba.

Sobre las cuatro de la tarde me presento en Prado del Rey.  Se pueden observar las caras de nerviosismo de la gente. Había varias preguntas comunes en el aire ¿Como estará el tramo Puerto del Boyar - Villaluenga? ¿Cuanta lluvia nos va a caer? ¿Los Llanos de libar, era o no era una piscina? La meteorología en Prado del Rey no estaba mal, esto daba un pequeño rayo de esperanza.

A las seis de la tarde se da la salida, entre vítores empieza la carrera, damos una vuelta a la plaza y tomamos el camino al Bosque. Este tramo se hace a buen ritmo, no hay lluvia y el firme no parece muy mojado. Todo esto hace que la gente se anime. En menos de una hora nos plantamos en el Bosque, se toma un refrigerio y sin mucha calma se retoma marcha.

A la salida del Bosque nos encontramos la primera cuesta en condiciones, el cortafuego. El terreno no esta apenas mojado y las sensaciones son bastante buenas. Parece que la cosa no pinta mal. El siguiente punto de avituallamiento son los Llanos del Campo. A este ya se llega con los frontales encendidos. Hay algo de fango, pero mínimo. Algunas gotas de lluvias caen sobre nuestras cabezas pero apena molestan. Breve parada y seguimos subiendo hasta el siguiente punto de control, el Puerto del Boyar. Cada vez la lluvia se hace más fuerte pero el terreno sigue estando bien. Formamos un grupo de más de diez personas, el ambiente es bastante bueno. Cada uno cuenta sus vivencias y experiencias en otras pruebas. La lluvia empieza a ser cada vez más fuerte. Se tiene ganas de llegar al Puerto de Boyar para tomar algo y sobre todo abrigarse. Después de un corto descanso, retomamos la subida.

La primera pendiente, ya indica que este tramo va a ser bastante duro. El agua baja con fuerza por los senderos, miles de pequeños arroyos se han creado cruzándonse continuamente en nuestro camino. Cuando el terreno se allana, se forman grandes bolsas de aguas donde más de una vez se sumergen completamente las zapatillas. Una gran nube se asienta en la montaña, la visibilidad es bastante reducida. Decir que el balizamiento es bastante bueno ya que sin mucho problema podemos seguir el camino a pesar de se va casi a tientas. En este momento, el grupo se va disgregando poco a poco. En estos momentos empiezo a plantearme el peligro que estoy pasando. Debido a esto, disminuyo el paso para evitar una caída o un tropiezo inoportuno. Una parada larga en este ambiente, puede ser peligrosa y no estoy muy acostumbrado a caminar por la montaña bajo ese aguacero. Poco a poco me voy planteando abandonar en el refugio de Villaluenga ya que no estoy disfrutando nada. A medida que avanzamos, mis pasos son cada vez más temerosos y menos seguros. El camino se me hace eterno. Por un despiste en la meseta del Simancon, cojo un tramo del camino de vuelta lo que implica realizar casi tres kilómetros de más. Esto no me precoupa ya que al llevar el GPS se que los caminos se vuelven a econtrar en en el cruce del  Pino. Tras poco más de cuatro horas y media, llegamos a la famosa bajada a Villaluenga. El año pasado, la realice de noche sin problema, pero este año todo ha cambiado. Entre el miedo y el estado del piso la bajada la realizo bastante lenta. Por fin, después de un rato alcanzo el pueblo de Villaluenga. En ese momento me entran dudas de seguir o no. Pienso en mi mujer, en los nervios que he pasado, en todo lo que me queda por delante y decido abandonar aquí la prueba.

De esta manera termina mi segundo intento de conseguir llegar a Prado del Rey. Pero mientras que el año pasado, disfrute y sufrí, abandonando en Cortes de la Frontera, quedándome la espina clavada de que puede terminar. Este año a partir del Puerto del Boyar lo único que hice fue sufrir sin disfrutar y se que tome la decisión más acertada.

Pero a no ser que haya un cataclismo, pienso que la Sierra de Grazalema estará el año que viene en el mismo sitio y que la organización me volverá a brindar otra oportunidad de convertirme por fin en un Bandolero.

Nos vemos el año que viene.







sábado, 2 de marzo de 2013

Villaluenga - Puerto del Correo - Navazos de Libar

Esta nueva ruta la he copiado de la carrera de montaña Payoyo Trail que parte de Villaluenga del Rosario y pasa por los bonitos enclaves de los Llanos del Republicano, el Puerto del Correo y Navazos de Libar. Es una ruta bastante fácil, ya que el terreno no es nada técnico, excepto la subida al Puerto del Correo y la bajada por las "Escaleretas", en las que hay que estar un poco más atento al piso pero este no entraña ninguna dificultad y peligro.

Decir que la primera subida desde Villaluenga hasta el comienzo del sendero la hacemos en el coche y lo dejamos justo al comienzo del camino, en el aparcamiento habilitado. 



Justo pasar la cancela de entrada empezamos una continua bajada por un precioso encinar. Mientras descendemos nos cruzamos con algún que otro rebaño de cabras y cerdos ibéricos. En los dos primeros kilómetros estamos metido entre arboles, cada dos por tres decenas de arroyos se cruzan por el camino. Debido a las fuertes lluvias, los arroyuelos bajan con bastante agua. Las aguas estaban super cristalinas




Después de un rato, las encinas van desapareciendo poco a poco y vamos saliendo del espeso bosque. Dejamos la protección de los arboles, los cuales nos resguardaban del viento, para continuar bajando e ir descubriendo poco a poco el grandioso "Poljé" de los Llanos del republicano.


Segun la wikipedia un poljé "es una depresión en un macizo de roca kárstica de grandes dimensiones a modo de valle alargado y cerrado, de fondo plano, de gran tamaño y contornos irregulares. Los bordes son empinados y en ellos aflora la roca caliza"

Detrás del macizo se puede observar los restos de nieve que todavía quedaban de la nevada de los días anteriores.


Una vez alcanzado el fondo del valle, nos dirigimos el comienzo del Puerto del Correo. 


El valle esta lleno de pequeños senderos que nos provocan más de un quebradero de cabeza, ya que se hace difícil decidir que camino elegir.


Nos dejamos guiar por nuestro instinto, y sobre todo por el GPS, De nuevo nos cruzamos con rebaños de ovejas, que se asustan al pararnos para tomarles fotos.



Como ya dijimos anteriormente, bastante arroyos cargados de agua bajaban la montaña. Ahora estos han crecido en anchura y para cruzarlos tuvimos que hacer equilibrismo. 


Después de casi siete kilómetros llegamos a la subida del Puerto del Correo. Este no lo subimos por completo, ya que a mitad altura del mismo giramos a la derecha para dirigirnos a los Navazos de Libar.



Llegado a los Navazos de Libar nos sorprende el porte de algunos arboles.


Lo que más nos llamo la atención fueron los dos pinsapos que nos encontramos justo antes de empezar la bajada por las "Escaleretas".


Tras poco más de diez kilómetros empezamos a descender. Tras unos metros decidimos apretarnos fuertes las zapatillas para llevar bien sujeto el pie.


Las vistas de los Llanos del Republicano son espectaculares.



Tras un fuerte descenso de poco mas de un kilómetro llegamos al fondo del valle y emprendemos el camino de regreso. Antes de enfilar la última subida, echamos una última mirada atrás y nos quedamos sorprendidos por la belleza de la montaña.